jueves, 10 de noviembre de 2011

Amo II: Sesion

La observó con detenimiento. 

Observó su cuerpo, maduro, fuerte, apasionado. Observó las arrugas que se formaban en torno a sus ojos. Observó el nerviosismo en sus pupilas al encender el cigarro y caminar por la estancia como un león enjaulado. Observó el temblor de sus pezones con cada respiración. 

Deslizó una mano por su pierna, desde la rodilla hasta el pubis. 

Ella se arqueó cuanto pudo. Deseosa. 

Él se detuvo, dio una larga calada. Ella, a través del humo, le pareció que la miraba ahora como si nunca antes la hubiera visto, como si no se conocieran, como si esta fuera aquella primera vez, lejana en el tiempo, en la que huía de la rutina conyugal. 

Alguien le dijo un día que después del amor de tu vida, uno siempre tiende a (intentar) ser feliz con malas copias de esa historia. 

La volvió a mirar ¿Era ella una copia de M$%&#? 

Era probable. 

La miró una vez más mientras apagaba el cigarrillo. 

Tenían una edad similar, un físico parecido, familias semejantes... Pero no era ella. 

Introdujo uno de sus dedos por debajo de su ropa interior. 

Notó el calor, notó la humedad. 

Ella volvió a arquearse. 

Vio como ponía los ojos en blanco mientras mordía la mordaza. 

Y aún no había empezado... 





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